ESTO Y AQUELLO

Publié le par militante

Ángel Cappelletti, (1927-1995):

sabio anarquista venezolano.-

 

Ángel Cappelletti fue filósofo además de filólogo. Vivió en Venezuela entre 1968 y 1994. Es decir, que de sus 68 años estuvo en Venezuela por 26 años. Regresó enfermo a su natal Rosario (Argentina) y falleció poco después. En Venezuela parió la mayor parte de sus obras sobre los pensadores anarquistas.

 

Cappelletti no era marxista filosóficamente hablando. Su filosofía más bien derivaba de la de Benedetto Croce (1866-1952) mezclada con los aportes de filosofías orientalistas: taoísmo básicamente. Su idealismo liberal por consiguiente le permitió hacer una lectura de Kropotkin aupando el anarco-comunismo que siempre hace descansar en la espontaneidad de las masas y en la voluntad de los individuos las fuerzas motrices de la sociedad humana.

 

Sin embargo,  no era individualista y abominaba de toda la filosofía nietscheana y de sus derivaciones en el anarquismo.

 

Desde el punto de vista teórico no aportó nada nuevo al anarquismo pero fue un fecundo divulgador del mismo en todos los foros donde le tocó actuar. Quizá sus indagaciones sobre la filosofía china pudieron haberle aportado al anarquismo nuevas facetas pero no alcanzó a ultimar este proyecto que hubiera sido sin lugar a dudas su gran aporte al pensamiento libertario universal. Asimismo, los trajines de la existencia lo pusieron en contacto con muchas personas de distintas inquietudes e influyó en ellos en diversos aspectos del pensamiento. Su mejor libro no es “El anarquismo en América Latina” que fue una pequeña proeza mediática en una sociedad como la venezolana de entonces tan al margen de las corrientes más avanzadas del conocimiento universal; sus discípulos libertarios extrajeron jugo partidario de lo que su gurú había escrito pero realmente la selección de los textos compilados se debió a Carlos M. Rama, sociólogo uruguayo al cual la editorial había encargado el trabajo pero que falleció prematuramente. Rama había sido militante de la FAU y conocía el anarquismo en la práctica social y política; Cappelletti sólo fue militante anarquista en las nebulosas.

 

Y no podía ser de otra forma porque Cappelletti era un ortodoxo universitario y la universidad era la única entidad que, en América Latina, podía darle el pan cotidiano. Consideraba un rasgo deplorable que la inmensa mayoría de los escritores anarquistas tuvieran una formación autodidacta. El pensador italiano Antonio Gramsci también consideró que la debilidad del anarquismo consistía en que su cultura era la de los autodidactas. Curiosamente, empero, lo que gramscianamente era una debilidad del anarquismo tuvo su origen en el acercamiento del anarquismo al movimiento popular. En lo que el anarquismo penetró en las universidades se alejó de las masas.

 

En América Latina la universidad ha supuesto varias constantes sociales. Pero las ideologías que han tenido en ella preponderancia no han roto con la escisión entre dirigentes y ejecutantes. Ni siquiera esa corriente muy abigarrada que fue el liberalismo colombiano desde los tiempos de Arciniegas pudo contrarrestar el poder del Clero ejercido sobre el pueblo. No hablemos del Perú, otro ejemplo. La reforma universitaria de Córdoba no vinculó a la academia con el pueblo trabajador. Solamente sirvió para justificar una nueva casta social que, en todo el continente, terminó sirviendo, directa o indirectamente, a la dependencia cultural europea y norteamericana. Cuando la masificación de la enseñanza universitaria se hizo intensiva ya otro pueblo estaba naciendo en todas las latitudes de América Latina.

 

En Venezuela, la universidad fue el centro de unas de las primeras protestas (1928) contra la larga dictadura gomecista. De esa “generación del 28” salieron los personajes que influirían en nuestra intelectualidad hasta mediando la década de 1980. ¿Y qué nos legaron? Un país lleno de escombros en todos los órdenes de la vida. Por eso “el mito de la universidad” sigue enseñoreando en algunas mentes fáciles de manipular. Miguel Otero Silva que dedica su novela “Fiebre” a resaltar el hito de 1928 termina reconociendo en sus últimos capítulos la existencia de obreros anarquistas entre la masa proletaria de Caracas; es decir, obreros que desconfiaban de los políticos –tanto de los viejos como de los nuevos que ya despuntan desde las aulas universitarias. Debimos esperar a que Domingo Alberto Rangel, viejo, prologara el libro escrito por un obrero anarquista, Salom Mesa, para que fuera del dominio público que en la década de 1920 estuvieron por Caracas obreros anarquistas catalanes huyendo de la dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-1930) y fueron ellos los que contaminaron a trabajadores como Francisco Olivo y Salom Mesa de la utopía libertaria.

 

La imposibilidad de publicar los libros de Salom Mesa en España es una historia que contaré otro día pero si un hombre de la experiencia de Salom tuvo la osadía de declararle a un periodista que “los hombres dignos militan en el comunismo libertario” es porque 50 años de vida política así se lo demostraron. Curiosamente, el pequeño círculo de anarquistas al que yo pertenecía por entonces, recibió de Cappelletti el dato para asistir a la declaración pública de Salom en la que se revelaba, nuevamente, anarquista, con ocasión de las cercanías de otro 1º de mayo.

 

Cappelletti dedicó muchos de sus escritos al estudio historiográfico del anarquismo latinoamericano y a la situación venezolana en particular. Los mejores están recogidos en sus “Ensayos Libertarios” (Madre Tierra, Madrid, 1994).

 

Algo tiene el anarquismo que no termina de penetrar en la sociedad venezolana o algo tiene ésta que el anarquismo o sus propagadores no han captado. Ni siquiera con el apoyo de un sabio como Cappelletti pudo el anarquismo echar raíces en esta tierra. Lo único cierto es que a la altura del 2007 el anarquismo no representa nada en Venezuela aunque algunas personas se identifiquen como libertarias, ácratas o, simplemente, anarquistas. Don Ángel, al parecer, aró en el mar.-

 

Floreal Castilla.-

Venezuela, 11 de Abril de 2007.-

Publié dans iniciativa-comunista

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