ESTO Y AQUELLO

Publié le par militante

“Por la libertad” van a matar

 

Esos empresarios que, en Caracas, pasan por “anarquistas” realmente son “anarcoliberales”, mas lo que no está del todo claro aún es cuán “liberales” son. Ya he dicho que sabemos de algunos de ellos que, cruzando el Rubicón entre derecha e izquierda, simplemente han aplaudido y auspiciado las manifestaciones de los jóvenes ultraderechistas de la Universidad católica y, en general, de las universidades privadas. Esto se hizo patente en el vergonzoso panfleto de la IFA, una entelequia que pasa por ser internacional anarquista, vinculándose a las marchas de los estudiantes fascistas caraqueños.

 

El liberalismo, como se demostró en la Italia de la primera postguerra mundial, es la cuna del fascismo. Del liberalismo yrigoyenista argentino surgió el fascismo rioplatense de Uriburu. De la cuarta república venezolana, o de lo que ella quedaba, surgió la aventura golpista de Pedro Carmona, avalada, entre otros, por Escovar, liberal trabucaire. Incapaz, pues, de tumbar a Chávez ni por las armas ni por los votos, el liberalismo venezolano se atrincheró en las universidades desde donde prepara su nueva arremetida valiéndose del movimiento estudiantil de extracción burguesa y pequeño burguesa, asiduo consumidor de las modas del american way of life.

 

Esta nueva arremetida se ejecutará en el marco del debate alrededor del proyecto de reforma constitucional presentado por Chávez al país. Ya hay revelaciones contundentes en ese sentido. Con la anuencia del nuevo embajador de los Estados Unidos –especialista en desestabilizaciones a la “ucraniana”- se impulsan una suerte de “redes por la libertad” con abundante financiamiento, que consiste en ubicar en los consejos comunales a los activistas más proclives al poder popular. Se trataría, en suma, de ir seleccionando a los candidatos a ser eliminados –mediante cualquier procedimiento- ante la eventual caída –por acto de fuerza cualquiera que él fuera- de Chávez.

Mientras que los anarcoliberales son realmente “pura muela” y “tontos útiles”, los planificadores de la nueva conspiración a gran escala han extraído lecciones del golpe fallido del 11 de abril de 2002. Es inexplicable que habiendo hecho prisionero a Chávez éste no fuera ejecutado el 12. Esto se debió a dos causas. Una, los activistas del chavismo incendiaron a Caracas y ubicaron al pueblo frente a Fuerte Tiuna, con lo cual sirvió de mampara a la oficialidad que internamente pujaba por desalojar a los golpistas de las instalaciones militares. Lo mismo sucedió en Maracay, pero aquí la cosa fue mucho más espinosa porque Maracay era, hasta ese momento, la plaza militar más importante de Venezuela. Esto asustó a los que tenían la encomienda de fusilar al Presidente.

 

Esos activistas son los elementos clave que las cacareadas “redes por la libertad” están en la obligación de identificar, reseñar y neutralizar. Porque se supone que si Chávez pudiera ser depuesto –por cualquier acto de fuerza- serían esos activistas los que deberían actuar como “pilotos invisibles en medio de la tempestad” para hacer imposible que los golpistas se consoliden en sus posiciones.

 

Asimismo, se pretende desplazar la posibilidad de la resistencia postchávez. Los nuevos conspiradores –que también son los viejos- saben que ha sido la resistencia iraquí la que ha obligado al gobierno títere de Bagdad ha pendular entre su fidelidad al imperio o una alianza musulmana con sirios y persas. Aquí, en Venezuela, tratan de evitar que un gobierno de facto con barniz de “izquierda antichavista” se vea sometido a una resistencia popular que atisban feroz.

 

El problema, sin embargo, sigue siendo la justificación jurídica del golpe. El intento fallido de Pedro Carmona, el 11 de abril de 2002, anuló mediante un decreto la constitución de 1999. Craso error cometido por los golpistas, que, empero, fueron reconocidos, de inmediato, por España y Estados Unidos. Entonces, la salida jurídica del nuevo golpismo no sería otra que convocar a una Asamblea Constituyente que derogaría la Constitución de 1999 y restauraría la de 1961 en un plazo breve. Mientras tanto, se ejercerá la represión indiscriminada mediante las “redes por la libertad”, devenidas en suerte de “patrullas ideológicas” del hipotético “gobierno provisional”, entre cuyos propulsores hay, no hay de qué extrañarse, prominentes “tontos útiles” del anarcoliberalismo.-

 

Floreal Castilla.-

Venezuela, 31 de agosto de 2007.-

Publié dans iniciativa-comunista

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