ESTO Y AQUELLO

Publié le par militante

LOS  ANARQUISTAS  Y  LA  REVOLUCIÓN  BOLIVARIANA

 

Los cuatro gatos anarcoliberales que conforman la sucursal madrileña de Caracas no son anarquistas: son liberales.  Para ellos no existen las clases sociales, no existe la burguesía y ¡mucho menos el proletariado! Y nada como el Imperio o los imperios. Esas vainas, dicen, son inventos de Lenin. Manías “marxistas”. Esa “mariquera” de Revolución no va con ellos, no señor, ¿a quién se le ocurre?

 

Los niveles de escualidismo de esos anarcoliberales superan el mongolismo de Manuel Rosales y de toda la derecha venezolana, adeca, copeyana o clerical.

 

Si alguien me preguntara qué tipo de liberales son yo sin pestañear diría que son guzmancitas, en alusión a una de las características del régimen de Guzmán Blanco: lo mejor está afuera, este país es una mierda de mezcla de negros, indios y canarios de orilla; ¡nada como Europa!

 

En el fondo, los liberales venezolanos de la segunda mitad del siglo XIX peleaban contra los godos porque éstos decían tener títulos de un linaje que remontaba hasta la nobleza de la corte real española; hasta Isabel y Fernando. Guzmán Blanco, casa a su hija mayor, en Francia, con un descendiente de Napoleón Bonaparte, y cuando le nace el nieto exclama: “¡carajo, ya somos godos!”

 

Lo mismo pasa con estos gusanos del escualidismo anarcoliberal “venezolano”: creen que porque son reconocidos por la realeza anarquista europea ¡ya son anarquistas!

 

Pues mira que no. Son cipayos, eso sí; pero de anarquistas no tienen ni el pelo.

 

Anarquistas son todos aquéllos que están por el comunismo y por la anarquía. El comunismo es lo económico y la anarquía es la política y el derecho. Comunismo sin monopolios de ninguna índole; anarquía en política porque el Estado que es el poder político centralizado se desmorona gracias a la emergencia de las redes del poder popular o comunal y de sus federaciones; y, en derecho, porque se sostiene un régimen de democracia directa y de contratos donde aflora –se respeta y se garantiza- la autonomía de la voluntad de los miembros de la especie humana.

 

Pues hete aquí que las mamitas del inexistente “anarquismo venezolano” coinciden con don Jerónimo Carrera, presidente del Partido Comunista Venezolano –la mamá del marxismo-leninismo-, cuando se opone al PSUV, a Chávez y a la madre que lo parió ¡porque Chávez es anarquista! ¡No me jodas, Jerónimo!.

 

Son la misma iglesia: ¿qué diferencia hay entre la iglesia anarquista y la iglesia marxista-leninista y, en general, con cualquier iglesia cuyo pensamiento es el dogma? ¡Ninguna!

 

Todo pensamiento dogmático no es sino una roca hueca: mucha apariencia y ninguna sustancia.

 

El anarquismo de los liberales sólo usa el pasado glorioso del anarquismo comunista para meter de contrabando su liberalismo popperiano. Hablan de un pasado que no sienten, que es bueno para las misas y las procesiones, pero ya en la sacristía o en los concilios previamente lo exorcizan.

 

Y lo mismo pasa en la sucursal caraqueña: “la mejor candidatura es la de Teodoro, claro, pero nosotros somos abstencionistas…”: “Chávez es un represor…” y así sucesivamente.

 

No hace falta ser un lince para entender –olfatear- el adequismo que impregna todas las proclamas del sedicente “anarquismo venezolano”. “El Libertario” ha devenido en el suplemento de comiquitas de “Tal Cual” y Marcel Granier, es lo más probable, “humillado y ofendido” por el “anarquista” Chávez, llevará sus alforjas vacías de anarquismo liberal a las escuálidas filas de la causa.

 

Porque no hay nadie más “anarquista”, en Venezuela, que Marcel Granier. Hasta escribió un libro: “La generación de relevo y el Estado omnipotente” que es “anarquismo” del puro: ¡todo por l@s individu@s y todo contra el Estado! (Se sabe que el libro se lo escribió el peronista argentino Tomás Eloy Martínez quien, para el momento, era empleado de Granier).

 

¿A qué individuos se refería Marcel? ¡A los que tienen personalidad jurídica, jamás a las personas naturales! Y es a esos individuos a los que siempre aluden los anarcoliberales de donde sea. ¿No usó la AIT, en su panfleto del 1 de mayo, el término de “persona” como si todas “las personas” fueran lo mismo? Un panfleto que, dicho sea de paso, huele a opusdeísmo de fragancia penetrante. ¡No me jodan esos farsantes!

 

¿Acaso no me dijo a mí uno de los teóricos de la cofradía anarcoliberal caraqueña que Pedro Carmona era un “inofensivo empresario”? ¡Farsantes, son unos farsantes!

 

Los anarquistas venezolanos, los auténticos, los genuinos, están con la Revolución Bolivariana no con la derecha; pero estar con la Revolución Bolivariana no es aupar el surgimiento de una nueva clase dominante sino fortalecer las redes del poder popular o poder comunal y, fundamentalmente, desarrollar la economía autogestionaria en el país. Y, también fundamentalmente, preparar la guerra de todo el pueblo para enfrentar los ataques imperiales –todos los imperios son uno- que no tardarán en aplicarnos a nosotros recetas como la de Serbia, Kosovo, Ucrania, Cuba o Irak. ¿Quién lo duda?


Floreal Castilla.

Macuto, 18 de Mayo de 2007.-

 

Publié dans iniciativa-comunista

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