ESTO Y AQUELLO

Publié le par militante


DE  QUITO  A  CARACAS

 

El contundente apoyo que los votantes ecuatorianos dieron a la solicitud del Presidente Rafael Correa de convocar a una Asamblea Constituyente (81%) es una muestra de que los comisarios de las ideologías eurocentristas, y los gerentes de las multinacionales, vinculados en menor o mayor medida por su pertenencia a una misma etnia o a una misma comunidad geográfica, o a un mismo holding de negocios –los centros de poder ideológico funcionan como miembros de un holding transnacional- ya no pueden seguir con su mismas tácticas aunque es poco probable que abandonen su estrategia global.

 

Lo he sostenido en otras ocasiones: todas las revoluciones que siguieron el molde clásico de la “Comuna de París” de 1871 se produjeron en los territorios del Sur y no implantaron el socialismo ni el comunismo ni liquidaron el aparato estatal porque sencillamente no podían hacer otra cosa. Lo demás que se quiera sostener son simples quimeras. Sólo hay un hecho evidente: el capitalismo está vinculado al imperialismo como el pez está al agua; a los monopolios en manos de una oligarquía en los territorios del Sur -¡y en los del Norte!

 

En el Norte sólo pueden pelear por una sociedad alternativa a la capitalista las clases que nada tienen que perder si el capitalismo se hunde; y, en el Sur, pasa otro tanto. No sabemos si primero debe hundirse el capitalismo en el Norte o en el Sur, lo único que podemos saber hasta ahora es que el Sur está doblegado al Norte por una relación imperial que se manifiesta no sólo en el poder militar sino también en las imposiciones comerciales y financieras.

 

Muchos países del Sur buscan sacudirse ese tutelaje de diversas maneras. Venezuela es uno de esos. Corea del Norte, otro. Cuba, Irán, etc.

 

En Venezuela se ha seleccionado la senda de la democracia, que aquí se llama participativa y protagónica, y una suerte de ideario entendido como “socialismo bolivariano” pero, la quimera será alcanzada si los países de la América del Sur logran integrarse en un bloque económico, financiero, energético, siguiendo el modelo, guardando las distancias, de la Unión Europea. (¡Dios nos libre!)

 

Tanto el Ecuador de Rafael Correa como la Bolivia de Evo Morales –el país más democrático del mundo- son hitos de esa tendencia de los pueblos del Sur a ponerse a tono con los avances de la civilización, con el estado de derecho y con la democracia ejercida a plenitud. Las ideologías son simples máscaras de las realidades y sólo los hechos son contundentes.

 

En realidad, se trata de la negación del universalismo implícito en la ideología neoliberal (y, a decir verdad, en todo el liberalismo) y, lo que es más importante, la negación de lo que hemos entendido hasta el presente como “civilizado”.

 

Estos hitos antes señalados así como la emergencia de China y de India como nuevas potencias mundiales con sus poderosas armas demográficas ponen sobre el tapete nuevos e inimaginables conflictos. El sistema de los depredadores ha aniquilado el equilibrio climático de esa nave espacial en la que todos andamos vivos y que conocemos como Tierra. Los efectos del cambio climático están frente a nuestras narices y las opciones que se manejan no parecen ser las más racionales. La irracionalidad del sistema de la competencia por los recursos escasos ha agotado las fuentes de agua en muchas zonas del planeta y ya los especialistas anuncian que las guerras por el agua serán los próximos escenarios bélicos. La algarabía de las intolerancias ha destapado la irracionalidad de las formas de resistencia de los herejes, de los infieles y de los heterodoxos y el sistema de coexistencia pacífica entre las religiones monoteístas no se sostiene.

 

Pero el sistema del despilfarro que se alimenta a sí mismo requiere la angustia de la energía de los fósiles y no permitirán los privilegiados del mundo que sus monopolios se vean aquejados por un huracán Katrina, por un tsunami en el mar del Japón, por una helada en un verano andaluz o por la conversión del Amazonas en un desierto. Ellos trabajan para sobrevivir en caso de que tal eventualidad se produzca. Ya la vida en el espacio extraterrestre se planifica tan meticulosamente como un bombardeo de napalm sobre una aldea vietnamita o la destrucción de la cuna de la civilización en Mesopotamia.

 

Es muy tarde para todo. Especialmente para los lamentos. La especie humana parece destinada por la providencia para ir exterminando a los depredadores; no otra cosa ha sido las luchas de clases ya en la Roma de Espartaco ya entre los emperadores chinos ya en los barrios obreros de Barcelona. Todo lo que acontece sobre la faz de la Tierra fue previsto por muchas mujeres y muchos hombres de los siglos precedentes. El capitalismo, tal como lo conocemos, es reciente; el Estado, figura histórico jurídica de la voluntad general, ha pasado por muchas etapas hasta llegar a su actual presentación. El ecosistema de la dominación no acepta sino depredadores. Y ningún ecosistema es viable de esa manera. O se reparte la riqueza del universo todo; o se alimenta a los africanos en una década y se les viste de casimir en un año o el mundo se va al carajo. No hay futuro, señores.

 

Ni Alqaeda ni la madre que la parió –la CIA- podrán detener los cambios que el mundo requiere con urgencia. La conformación de un bloque suramericano independiente en todos los sentidos de la Europa católica y del mundo Wasp (white anglosaxon protestant) y de su correspondiente Europa luterana sería una de las revoluciones más importantes del siglo XXI. La del siglo XX fue la feminista: ellas ganaron la batalla; son personas, en efecto.

 

Probablemente al Eje Caracas-Quito-La Paz-Buenos Aires le teme más el Norte que a todo el arsenal atómico de los norcoreanos o a las ojivas nucleares que debajo de sus barbas guardan los ayatolás.

 

Un fabulista venezolano, psiquiatra para más señas, Francisco Herrera Luque, aficionado a la historia novelada, escribió hace unos años un relato anticipatorio: el imperio de los Incas resucitaba pero con energía nuclear plenamente desarrollada. Si tal cosa llegara a darse tendrán que invadirnos de nuevo pero con palomas mensajeras que traigan en sus picos la rendición unilateral del hombre rubio y caucásico, altanero, prepotente y civilizado.-

 

Floreal Castilla.-

Maturín, 17 de Abril de 2007.-

 

Publié dans iniciativa-comunista

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