ESTO Y AQUELLO

Publié le par militante

 EL  VIRREY  HISPÁNICO  Y  EL  COMANDANTE  DE  SABANETA 

 

El escritor argentino Horacio Vázquez Rial (70 años) ha expresado algo que es realmente vox populi. Al comentar el tema de su novela “El camino del Norte”, galardonada recientemente en Colombia, que no es otro que el corralito argentino, afirmó que Felipe González es realmente el virrey hispánico para América Latina. 

“Él es el virrey de América Latina, desde México hasta la Patagonia. Está aliado con los mexicanos Carlos Fuentes y Carlos Slim, además de unos cuantos potentados latinoamericanos, Carlos Andrés Pérez entre otros. Ellos hacen los grandes negocios con el apoyo de varios gobiernos, los negociados con la línea aérea Iberia, que aquí en Venezuela quebró a Viasa. No es ninguna metáfora. Es una realidad, porque maneja capitales e impone sus negocios a los gobernantes latinoamericanos. Ese virrey no ha tenido mucha suerte con el Presidente Chávez” (El Mundo, Caracas, 1 de febrero de 2007). 

Y para mayor inri, el escritor argentino comenta que tras la renuncia del Presidente De la Rúa, Ramón Puerta, el jefe del senado argentino, asume la presidencia provisional pero que al entrar a la Casa Rosada, sede de los presidentes argentinos, se encontró allí a Felipe González como si estuviera supervisando la transferencia del poder. 

En realidad estas informaciones añaden muy pocos datos a quienes siguen de cerca la penetración de las multinacionales ibéricas en América Latina. Todo el entramado de las “cumbres iberoamericanas” es parte de un proyecto de revitalización del Imperio Hispánico. A decir verdad, revivir el Imperio siempre fue un anhelo de la burguesía española. 

Tras la victoria del fascismo nacionalcatolicista en 1939 la diplomacia franquista buscó en América Latina sectores proclives a la causa falangista. De esa causa surgió, en Venezuela, la democracia cristiana con el doctor Rafael Caldera al frente. En general, toda la democracia cristiana latinoamericana tiene su matriz en la cuna falangista españolista. El populismo socialcristiano –la llamada izquierda cristiana- se adhirió al proyecto neofalangista desde la primera hora. Naturalmente, ese proyecto político de largo alcance estuvo apadrinado por las cúpulas eclesiásticas aunque los jesuitas empezaron a jugar a la teología de la liberación desde la aparición en escena de la Revolución cubana.

Hoy en día, por ejemplo, tras la bancarrota de la democracia cristiana italiana, el partido popular de José María Aznar ha liderado a la derecha latinoamericana, especialmente a la venezolana, donde el viejo partido demócrata cristiano ha adoptado la denominación “partido popular” en el mercado de las franquicias políticas. 

El neoliberalismo de derecha se diferencia del neoliberalismo de izquierda solamente en su origen histórico. Por ejemplo, las diferencias entre el PSOE y el PP, en España, son como las diferencias entre la camorra napolitana y la mafia de Palermo; cuestión de estilo y de partida de nacimiento. Un personaje histórico como Pablo Iglesias jamás hubiera avalado al PSOE actual y mucho menos a la UGT edificada gracias a los sindicatos alemanes.

 Así pues que las diferencias entre Aznar y Felipe son como las diferencias entre republicanos y demócratas en los Estados Unidos, sólo difieren en la hora de ir a misa.

El proyecto geopolítico para el cual trabaja toda esa gente tiene dimensiones mayores que sólo conocen los que mueven los hilos del poder en el mundo.

Todos los medios de comunicación, los llamados falsimedias, conforman el frente mediático mediante el cual se busca lavar el cerebro de la opinión pública aspirando a su asentimiento sobre la serie de políticas imperialistas que se llevan a cabo en todo el mundo. La persona culta que hoy se dedique a leer periódicos terminará internado en un manicomio; la prensa escrita, las televisiones, etc., y gran parte de la industria de libros, ha dejado de tener ese monopolio de la verdad que se compartía entre las personas de avanzada hasta entrada la segunda postguerra mundial en el siglo XX. Este tema lo ha estudiado muy bien, en el caso norteamericano, Noam Chomsky.

Es esencia de la dominación el silencio de los oprimidos y de los explotados. Así como al rebelde se le debe domar, asimismo la “gran canalla” (el pueblo) debe ser amaestrada para que dócilmente admita la estrategia de la dominación global.

Esto sí es, ya es evidente, el auténtico totalitarismo. Solamente pueden disentir entre ellos los ricos y mandamases de turno, mientras que el pueblo no se salga del carril. Y para lograr esto están los falsimedias, las ideologías y los servicios policiales, no los públicos, que también sirven, sino los servicios de inteligencia y contrainteligencia. Un mundo donde la OTAN sustituye, en la práctica, a la ONU, y donde una matanza como la de Irak –o la de Afganistán- se lleva a cabo con el objeto de enseñarle a esos pueblos “la democracia” es un mundo totalitario. Ni siquiera el camarada Stalin alcanzó semejante perfección.

Un mundo en el cual el PSOE es mandatado para sacar a España de la guerra pero retira las tropas de tierra de Irak y sostiene a la tropa en Afganistán no puede ser un mundo sensato ni democrático ni libre ni civilizado ni un carajo. Y que, tras esto, Zapatero gimotea en Montevideo diciendo entre sollozos que “lo de Irak va mal” y usted ve que ni el PSOE ni la Internacional socialista ni el gobierno español hacen absolutamente nada es porque sencillamente lo están tomando a usted por un gilipollas. 

Contra ese totalitarismo neoliberal se alza Hugo Chávez. En Venezuela, hemos vivido de cerca la dominación mediática y diversos organismos y movimientos sociales han podido estudiar una serie de aristas de la dominación mundial, de las ideologías neocoloniales y de muchos otros aspectos del mundo contemporáneo. 

Felipe González ha intentado en dos oportunidades manipular a Hugo Chávez pero ha fracasado en sus intentos. Chávez ha sido el único presidente venezolano (desde 1830) que ha echado de su despacho a los embajadores de la Casa Blanca: “salga de aquí, embajador, que usted está hablando con el Presidente de Venezuela”. Rojos de la ira los diplomáticos gringos han salido disparados a informar a su gobierno. 

Hoy en la mañana parece que la prensa española –según me han dicho- califica de “dictador” a Hugo Chávez, un disparate que sólo cabe en la mente de un ciudadano liberal. 

Es evidente que los testaferros del imperio hispánico, en América Latina, conspiran abiertamente contra el gobierno de Venezuela, como es el caso de Álvaro Uribe y del Para-Estado colombiano donde la presencia militar de los Estados Unidos se acerca a los niveles del Vietnam de 1970. 

La incógnita es, sin embargo, ¿ha atacado Chávez al capital financiero global? Parece que hay algo de eso. Al menos en la zona de la especulación financiera. Los procesos de nacionalizaciones que anuncian la llegada del socialismo con joropo no han terminado. Podríamos quitarle los bancos al Santander y al BBVA. ¿Nos mandarían de nuevo al general Pablo Morillo?

Floreal Castilla.

Venezuela, 2 de febrero de 2007.

Publié dans iniciativa-comunista

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