ESTO Y AQUELLO
LA MAFIA DE LOS ESTADOS Y
LOS ESTADOS DE LAS MAFIAS
Los Estados nacionales no son los únicos actores en el mundo del mercado. Ni tampoco las Multinacionales que les hacen compañía, grata o ingrata. Alrededor de estas dos figuras de la Globalización capitalista hay muchísimas otras entidades: el narcotráfico, por ejemplo, es una de ellas. Incluso hay multinacionales de mercenarios cuyo gran negocio es la guerra de baja intensidad. Asimismo, todos esos conglomerados están, en mayor o menor medida, conectados a intereses imperiales, de unos imperios que monopolizan el escenario del teatro del orbe y de otros cuyos hilos se mueven silenciosa aunque persistentemente. En realidad, el capitalismo es un sistema caótico cuya entropía está marcada por los límites de las relaciones de la civilización con la naturaleza y por la escasez de la energía de origen fósil.
América Latina –aunque en general el Tercer Mundo- sigue siendo el escenario del cual se saquea recursos naturales, materias primas, ganado humano y demás riquezas con los cuales se puede agregar valor al trabajo de los imperios del mundo. A decir verdad, es la lógica de la acumulación capitalista y del comercio planetario que se impone con las conquistas europeas del siglo XV. Es un proceso irrefrenable donde el sistema dominante genera desperdicios de toda índole que se depositan además en las zonas del sur del globo terráqueo.
Porque el sistema de la dominación todavía tiene su centro neurálgico en el Norte del mundo, y quizá la guerra de agresión sea hoy una de las pocas bazas que le queda. Y, la filosofía del Norte avanzado cada día se concentra más en el individualismo egoísta y no en un individualismo del apoyo mutuo y de la solidaridad comunitaria.
De aquí que sea impresentable para los fanáticos del mercado y de “la libertad” –es decir, los liberales- el fortalecimiento del Estado nacional en las latitudes del sur. Sin embargo, ante el auge del desorden y del caos capitalistas no hay otro mecanismo de defensa a mano para los pueblos orillados.
Ahora ese fortalecimiento nunca ha sido tarea fácil. El Estado nacional en América Latina no ha logrado consolidarse del todo desde los tiempos de las guerras nacionales de independencia. Ese proceso ha estado inmerso en la lucha de clases que, en algunas regiones, conllevó guerras civiles. Por ejemplo, el México de la Revolución (1911) logró levantar un Estado nacional que paulatinamente fue erosionado por los centros imperiales. Lo mismo pasó con el Brasil de Getulio Vargas (1930-1945) y con la Argentina de Perón (1943-1955).
De estos tres ejemplos latinoamericanos quizá ha logrado salvarse Brasil porque no vivió la tragedia histórica de la guerra civil independentista. Allí se consolidó una burguesía nacional que podría seguir el ejemplo histórico de las burguesías europeas que fortalecieron algunas naciones como Francia. Pero el desmantelamiento de la soberanía nacional tanto de México como de Argentina es hoy un hecho corroborable sin profundizar mayormente en el análisis.
Apenas ayer la agencia de prensa italiana Ansa ha dado a conocer un informe de los servicios de inteligencia brasileños que es por lo demás ilustrativo de las tendencias en el mundo contemporáneo de América Latina.
Dice así: “Un informe de inteligencia y de las Fuerzas Armadas brasileños alerta "riesgos de la seguridad nacional" por la "creciente influencia de Estados Unidos" en países vecinos, y "la presencia militar norteamericana" en Amazonia, entre otras causas.
“La cuestión indígena, la acción de las ONGs controladas por extranjeros y la creciente influencia de Estados Unidos sobre países cercanos a Amazonia "ponen en riesgo la seguridad nacional".
“Así sostiene el informe "Grupo de Trabajo de Amazonia", elaborado por representantes de la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin) y órganos de de las Fuerzas Armadas y de la policía federal, divulgado hoy por la prensa local.
“El relevamiento contiene fuertes afirmaciones, como la advertencia de que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, sufre una "operación internacional" en su contra, que podría hasta "contribuir" a derrocar su gobierno.
De acuerdo al relevamiento sobre los riesgos en Amazonia, existen sospechas de espionaje" en la región, considerada el pulmón verde del planeta.
El informe considera como un elemento que amenaza la seguridad de la región "la creciente presencia de asesores militares de Estados Unidos y la venta de equipamientos sofisticados a las Fuerzas Armadas colombianas, bajo pretexto de apoyar programas de erradicación de drogas".
Según el documento, la influencia norteamericana sobre países vecinos causa "desempleo, avances del crimen organizado y de la violencia" en Amazonia.
La presencia militar de Estados Unidos, "que ya se extiende a Guyana, Ecuador, Perú, Bolivia y a Paraguay, podrá expandirse a otros países suramericanos para transformar la lucha contra las drogas en una avanzada militar a la región", sostiene el texto.
En esa dirección el documento vincula la citada presencia norteamericana a un "cuadro de desestructuración y fragilización" de los gobiernos y de las sociedades locales. “ (Hasta aquí el cable de la ANSA, las negritas son mías).-
Naturalmente, todas estas situaciones que revela la inteligencia brasileña, según Ansa, se venían denunciando desde hace años en América Latina. Lo nuevo, mas no tanto, es que ante las medidas de recuperación de empresas estratégicas por parte del gobierno venezolano la arremetida desde los centros imperiales no se ha hecho esperar, y la posibilidad de que Estados Unidos juegue fuertemente a derrocar al gobierno venezolano se sostiene abiertamente.
Esto está en la lógica de la dominación global. No se puede permitir la consolidación de Estados nacionales en la periferia porque sencillamente altera las leyes de la opresión y de la explotación que el Neoliberalismo y sus Estados mafiosos del Norte han trazado a lo largo del globo terráqueo.
Realmente los Estados nacionales imperiales subvierten la paz en los pueblos dirimidos mediante el uso de mafias diversas. El narcotráfico es una de ellas; pero también lo es la especulación financiera, la fuga de capitales, el crimen organizado, los traficantes de armas, etc. Un Estado como el de Brasil que no ha podido controlar el auge del crimen organizado y del narcotráfico en su propio territorio dista mucho de ser un Estado cerrado. Y, en Venezuela, a pesar de todo, hay que dudar que haya un Estado nacional que ha sido, desde la independencia, el objetivo de los prohombres de la patria. Precisamente, la crisis que el chavismo le ocasiona a los Estados Unidos, y a otros imperios, es que pretende consolidar el Estado nacional.
Pero los neoliberales harán todo lo posible por impedirlo. Con los Estados imperiales tienen suficiente, dirán ellos. Hacia el sur debemos dejar, insistirán, en que nuestros individuos multinacionales conquisten las nuevas fronteras: la de la degradación de todo lo viviente, en nombre de “la libertad”, de la libertad de Ellos se entiende que la libertad de los pueblos orillados les importa un bledo.
Floreal Castilla
Venezuela, 30 de Enero de 2007